Enrique
IV “El liberal” ó “El Impotente”,
buscó la concordia entre los estados cristianos de la península, y también con
Francia, e intentó concluir la conquista de Granada.
Su vida transcurría de fiesta en fiesta. Repudió a su
primera esposa, doña Blanca, con el pretexto de esterilidad.
Y, se casó de nuevo con Juana, hermana del rey de
Portugal.
El rey continuó con su vida cortesana, y Doña Juana
dirigió sus atenciones a don Beltrán de la Cueva.
La reina da a luz una niña en 1462 a la que apodan “la
Beltraneja”, por las sospechas de que no sea realmente hija del rey.
La niña es proclamada princesa de Asturias y heredera
del reino.
Unos nobles consiguieron que los hermanos del rey, la
princesa Isabel y el príncipe Alfonso, se instalen en la corte. Y, el rey
nombra heredero a su hermano Alfonso (cambiando su propio testamento). Pero,
después cambia de nuevo de opinión y vuelve a nombrar a su hija Juana I “la Beltraneja”. Algunos
nobles se sublevaron y la anarquía se fue apoderando de los estados.
Luego, muere el príncipe Alfonso, y los nobles
pusieron sus miras en su hermana Isabel. Y, en 1468, por el Tratado de Toros de
Guisando, Enrique IV, reconoce a su hermana como heredera, pero, cuando se entera de su boda
secreta con Fernando V de Aragón, revocó de nuevo el tratado, y reconoció de
nuevo a su hija Juana.
Al morir Enrique IV, comenzó una guerra civil entre
los que apoyaban a Juana I “la Beltraneja” y los partidarios de Isabel I, pero,
tras algunas batallas, el rey portugués (que era el prometido de doña Juana),
renunció a sus derechos y a los de su esposa.
En 1479, Fernando V, heredó el trono de Aragón,
Cataluña, Valencia, Baleares, Cerdeña, Nápoles y Sicilia.
Ya sólo quedaban Granada y Navarra para concluir la
conquista del estado español.
En 1492 se
concluyó la reconquista del último reducto musulmán, se descubrió América y se
expulsó a los judíos.
Los reyes católicos aceptaron y promovieron la Santa Hermandad, (que es una
institución que proviene del siglo XI) y que perseguía criminales y aseguraba
los caminos, por entonces plagados de criminales y bandidos, es decir, es
posiblemente el primer cuerpo policial organizado de Europa.
Los Reyes
Católicos, Isabel I y Fernando V tuvieron cinco hijos
:
Juana, casada con Felipe el Hermoso.
Juan, que muere tempranamente.
Isabel, que también muere.
María, casada con Manuel de Portugal, y
Catalina, casada con el príncipe inglés Arturo y
después con Enrique VIII de Inglaterra.
En 1504 muere Isabel I en Medina del Campo y deja como
sucesora del estado leonés-castellano a su hija Juana, y, en su ausencia, hasta
que su nieto tuviera veinte años, sería regente su esposo, Fernando V el
Católico.
En 1506 Felipe el Hermoso se pone al frente del
estado, renunciando su suegro, Fernando a la regencia, y quedando nuevamente
separados los estados leonés-castellano del aragonés-catalán, pues no se
llevaban bien.
En diciembre de ése mismo año, muere Felipe y se le
pide a Fernando V de nuevo que se haga cargo de la regencia.
Fernando V se casa de nuevo con Germana de Foix
(sobrina del rey de Francia),
pero no consigue tener descendencia y entonfces nombró
heredera universal a su hija, Juana
“la Loca”, pero al morir ésta, nombra a Juana I, su sobrina.